Las doce Hebras del ADN
YO SOY, voluntad divina, paz, comunicación.
Centro del Ser individual, el poder de la mente que crea mundo.
Fuerza de vida, amar lo que es, energía femenina
Creando espacio para sentir, seguir al corazón, balance y dirección.
La mente despierta. Receptividad y apertura, no juicio.
El lugar del no retorno, de la transformación. La alquimia del alma.
Nos habla de la creatividad que emerge de un corazón abierto y sereno, inspirado por el maestro que todos llevamos adentro.
Liderazgo consciente, establezco la Presencia Divina en la Tierra.
La mente Divina, el nivel de la realización del Ser. Maestro y discípulo. El anhelo del discípulo en alcanzar el estado sublime de la mente iluminada.
Alcanzar la maestría personal. El fuego de la renuncia, desapego hacia el personaje.
El amor no se mendiga, se comparte desde un espacio de plenitud interior.
La frecuencia de la visión Divinal que nos inspira a mirar desde la unidad, y tiene que ver con la glándula pineal.